MY INMORTAL
-Capítulo 9-
-Anika… Sakurai-sensei es tan atractivo *O*…
-Mitzuki… Me estás apretando >w<>
Anika forcejea un poco con Mitzuki, quien la abraza cada vez con más fuerza. Las dos chicas, como el resto de las alumnas, miran a Sakurai. ¿Sería un nuevo maestro? ¿Formaría parte de los jurados del evento? Cuando finalmente Anika pudo zafarse de su amiga, algo en la mirada de Sho le llama mucho la atención: esos ojos castaños reflejan mucho más, como si en su vida hubiera pasado por varias situaciones que le han endurecido. Si, esa es la sensación que percibe; detrás de esa fachada tan apacible, se encuentra un hombre endurecido por una vida nada fácil.
-¡Oe! Dejen de mirarlo con lujuria ¡Bola de lobas hambrientas! ¬¬ … ¡Sólo yo puedo hacerlo!
-¡Nagase Tomoya! ¡Deja de decir tonterías!
El salón suelta una carcajada sonora pero inmediatamente vuelve a su trabajo ante un gruñido bastante amenazador por parte de Nagase. Una pequeña, pero enérgica pisada en su pie por parte de Sho, lo hace relajarse un poco.
-¡Itteeeee!… No era necesaria tanta agresión de tu parte ¬O¬
-¿Por qué no mejor me presentas con tus alumnos? ¿No es por eso que me trajiste aquí?
-De acuerdo, De acuerdo. Te presentaré u_ú comenzaremos con el escuadrón de la perversión. Son un grupo bastante conflictivo, pero, entrega buenos resultados ¿ne, Mitzuki?
La aludida parece no escuchar a Nagase. Recorre con su mirada el muy bien formado cuerpo de Sakurai, vistiéndolo y desvistiéndolo a su antojo en su mente. Si, tanto él como aquel chico Yamashita son perfectos para que desfilen su colección.
-¡Ogawa Mitzuki! ¬O¬ ¡Deja de violar al pobre de Sakurai! ¿No ves que es un alma pura que nunca ha sido corrompida por las bajas paciones de chicas como…
-¡Argh! Por favor Nagase ¡Ya basta!
-No tienes por qué gritarme Sho-chan ToT… Si tan sólo dejaras de actuar tan encantadoramente, no tendría por qué defenderte ú_ù
Sakurai está a punto de perder la paciencia con Nagase, por lo que Mitzuki aprovecha el momento para hacer su movida.
-Veo que Nagase y tú se llevan muy bien ¿Se conocen desde hace mucho?… Ah, pero que educación la mía, Soy Mitzuki Ogawa. Mucho gusto
Mitzuki extiende la mano para saludar al sexy espécimen, quien le corresponde el saludo acompañado de una sonrisa tenue. Debido a esto, la chica siente como si sus piernas se volvieran de mantequilla. Ah, es tan perfecto.
-Mucho gusto, Mitzuki. ¿Así que formas parte de este grupo?
-¡Claro! De hecho soy la líder o_ó del futuro grupo ganador del evento de este año.
-Jaja… Me gusta ese entusiasmo.
-No sólo contamos con entusiasmo. Somos un grupo con los mejores elementos ù_ú. Permíteme presentártelos. El cerdito regordete que está comiendo pocky’s sin mi autorización, es Massuda Takahisa, alumno de la carrera de Arquitectura y Diseño, encargado de la creación del stage para el evento.
-Yoh n________n
Massu lo saluda con un sin número de pocky’s en la boca y una caja de los mismos en la Mano. Sho sonríe y le hace una pequeña reverencia con la cabeza.
-Y aquí tenemos a Toma Ikuta, alumno de la carrera de Cine. Es el encargado de lo que será filmación de los videos promocionales y multimedia que se proyectará durante el evento. Es una fortuna contar con su talento, no es por alardear pero, sus cortometrajes han ganado los primeros lugares en los festivales de cine entre las universidades de la ciudad.
-No es necesario que exageres, Mitzuki. Mucho gusto
Toma se levanta de su lugar, y estrecha la mano de Sakurai. Algo curioso sucede cuando sus manos hacen contacto. No sabe el motivo pero Ikuta siente una gran afinidad para con Sho, como si formaran parte de una misma “manada”. Pero, eso es normal ¿No es así? Los hombres, se conozcan o no, siempre se sienten parte de la “manada” del género masculino ¿O se equivoca?
-Fuerza y firmeza al estrechar las manos… Eso habla muy bien de ti, Ikuta. Los verdaderos hombres se conocen en el apretón de manos.
-Vaya… Gracias Sakurai…
-Oh, si señor u_ú nuestro “Toma-tomate” tiene unas manotas y te da unos apretujones que para que te cuento…
-¡Mitzuki!
Ante la afirmación de Mitzuki, Toma se pone rojo como un tomate. De ahí el apodo que le había puesto Mitzuki un día que lo encontró viendo Hentai en la secundaria.
-Aw *O* Te ves tan lindo todo rojito. Bien, el que sigue. Él de la mirada de pocos amigos es Ryo Nishikido, estudiante de la carrera de Marketing.
-¡oe! ¡¿Nada más?! ¡¿Eso es todo lo que tienes que decir de m?! Del cerdo y de Ikuta dices maravillas y ¡¿yo sólo soy el de la mirada de pocos amigos?!
-Jijiji >3<>
Mitzuki se acerca para poder jalarle las mejillas al ofendido. Ryo sólo se le queda mirando, eso es lo último que le faltaba, qué Mitzuki no reconociera todo su trabajo durante estos últimos años.
-Eres de Osaka ¿O me equivoco?
Pregunta Sho mientras se acerca a Ryo, quien lo mira con cierto recelo y responde la pregunta con su clásico sarcasmo y enfado
-¿Qué me delató? No me digas… ¿El Kansai-ben?…
-No, para nada. Digamos que por experiencia propia he comprobado que… los originarios de Osaka son bastante… Orgullosos y con una enorme necesidad de ser reconocidos, aún cuando no se lo merezcan.
Ryo sonríe, y adopta una postura cómoda pero a la vez intimidante. No dejaría que un desconocido le hable de esa manera.
-Viniendo de un originario de Tokyo… Créeme, no me molesta el comentario. Los de Tokyo tienen un complejo de superioridad bastante elevado que les impide ver su verdadera situación, la cual es, por supuesto, bastante decadente…
-¿No te molesta el ofender a tus compañeros, Nishikido? Tus compañeros de equipo son de Tokyo ¿O me equivoco?
Tanto el escuadrón como el resto del salón se habían acostumbrado, no con mucha paciencia, a los comentarios de Ryo un poco despectivos con respecto a que Osaka es superior a Tokyo en muchos aspectos, por lo que un comentario más no les afectaba en lo más mínimo. Mitzuki entrelaza su brazo con el de Ryo y le da un beso en la mejilla, eso lo sacaría de su estado agresivo-paranoico y relajaría un poco el ambiente.
-¡Oeeee!
-Yo soy de Yokohama y ya me acostumbre a los comentarios tan llenos de “amor” por parte de mi bicho jodido del mal *3* A ver, ¿Quién quien es mi amargadito de Osaka preferido?
-¡argh!
Ryo se zafa del brazo de Mitzuki y cruza los brazos conteniendo su frustración por el comentario de su amiga. Massu no puede dejar escapar una carcajada mientras Ryo lo manda callar.
-Bastante especial tú novio…
-¡¿Novio?! Jajaja… No, para nada… Ryo y yo nos conocemos prácticamente desde la guardería. Nos conocemos bastante bien como para ser pareja XD
-Ya veo. Entonces ¿Tienes novio? Digo, una chica como tú no puede estar sola o al menos, ha de tener una lista enorme de candidatos esperando estar a tu lado.
Sho se acerca un poco más a Mitzuki, quien por un momento se pierde de la realidad con el perfume de Sakurai, pero la pregunta que le hizo la regresa de golpe. ¿Novio? En realidad, ya no sabe si entre Tegoshi y ella existe una relación que los una como pareja. Lo que embarga el pensamiento de Mitzuki por un instante es esa duda de no saber cuándo fue que dejó de emocionarse tanto por Tegoshi y presumir su supuesta “perfecta” relación.
-Verás yo…
-Nagase-senpai… He terminado con las nuevas correcciones que has hecho a mi trabajo, ¿te molesta si me retiro? Estaré en la biblioteca por si surge algo…
Tegoshi se levanta de su lugar. Había pasado totalmente desapercibido por el escuadrón después del comentario bastante inoportuno que le había hecho a Mitzuki al comienzo de la clase. Sin mirar absolutamente a nadie, sólo a su profesor, espera la aprobación para retirarse y seguir con sus estudios, por lo que no se da cuenta de que Mitzuki lo mira con cierta tristeza reflejada en los ojos.
-Ah… Si, si, claro… Has avanzado mucho por lo que no creo que necesites de mi asesoría en las próximas clases…. Puedes irte…
Sin prestarle mucha atención a Tegoshi, por estar jugando con el PSP que le había quitado a Massu, Nagase le hace un ademán con la mano indicándole que se vaya. Tegoshi toma sus cosas y sale sin dirigirle la mirada o palabra alguna al escuadrón. Mitzuki trata de no voltear hacia la puerta y concentra su poca atención hacía el enorme folder de lo que sería el plan fotográfico para su proyecto. Anika observa la escena y se siente un poco culpable por aquel ademán de frialdad y desinterés por parte de su hermano.
-¿Estás bien, Mitzuki? ¿Pregunté algo que no debía?
Lentamente, Sho coloca una mano sobre la barbilla de Mitzuki y con delicadeza levanta su delicado rostro hasta poder ver con claridad la expresión de esos ojos. Para la chica, ese gesto marcaría su perdición, hacía mucho tiempo que no sentía ese hormigueo por todo su cuerpo, hacía mucho tiempo que no sentía ese calor que envuelve cuando se encuentra ante la presencia de alguien que puede protegerte de todo y todos. Un hombre verdadero.
-Ah… No… No te preocupes… Estoy bien… Sólo que mi situación amorosa en estos momentos es algo… complicada, pero, ¿qué relación no lo es, ne?
Mitzuki sonríe. Dios, en tan pocos minutos Sakurai había encendido en ella un fuego que le era desconocido. Ese fuego hacía que deseara sentirse protegida entre esos brazos, hacía que quisiera entregarse a esa pasión desenfrenada que se haya oculta detrás de aquellos ojos castaños. Hace mucho que no se sentía así… hace mucho que Tegoshi no la hace sentir así…
Tegoshi…
¡Maldición! ¿Cómo es posible que todo esto esté saliendo a flote con tanta facilidad? ¿Cómo es posible que se rinda y de por perdida su relación con Tegoshi? No, ella no es así, al menos debe darle una oportunidad. En honor a lo que empezó hace 6 años y perduró hasta hace poco, debe dar una última pelea por recuperar lo que un día fue…
-Si necesitas algo, lo que sea, no dudes en acudir a mí. No me gustaría que vieras sólo como un maestro, me gustaría que también me consideraras… tu amigo…
En un gesto inconsciente y bastante atrevido de su parte, acomoda atrás de la oreja un mechón del negro cabello de Mitzuki. Esta se sonroja igual o más que Toma, llamando la atención de Nagase y Massu
-Ese Sakurai… Y luego se queja de que yo no hago bien mi trabajo por estar distraído en líos de faldas =w=
-Tal pareciera que estuvieras celoso, Nagase…
-¿Celoso yo? ¿De ese…ese….? ¡Ja! ¬¬ ¡Nunca! No me subestimes pequeño cerdo regordete de mejillas rosadas
Regresándole el PSP a Massu, lentamente Nagase toma un pedazo de borrador que estaba sobre la mesa y, con gran habilidad y tino, lo lanza para darle directamente en la cabeza a Sho, este voltea con una mirada asesina.
-¿Tienes algún problema… NA-GA-SE…..SEN-PAI?
-no… ninguno n_________n
Sakurai parece querer comerse vivo a Nagase. En verdad que este hombre puede sacarlo de sus casillas con tanta facilidad.
-Anika… Necesitamos hablar…
-¿Ahora quieres hablar?… No lo creo Ryo… ya estoy harta de lidiar contigo…
Le responde en un susurro pero este es bastante contundente. Ryo se había acercado a la chica pero Anika lo único que quiere es alejarse de él y poder ir a hablar con su hermano. Se levanta de la silla y toma sus cosas, aprovecha que Sakurai está concentrado en Nagase por lo que se despedirá rápidamente de Mitzuki y evitará la “presentación oficial” de la que ha sido el escuadrón.
-Mitzuki, lo lamento pero debo irme…
-¿A dónde vas, señorita borrachina?
Nagase alcanza a ver las intensiones de Anika por ello la sorprende en el acto. Se levanta para acercarse a las dos chicas y se coloca detrás de Anika poniendo ambas manos en los hombros de la chica.
-Ogawa, creo que te falta presentar un miembro del escuadrón n_n
-Nagase… en verdad debo irme…
Murmura desesperadamente la aludida. Mitzuki recobra la compostura y sonríe de nueva cuenta mientras hace la introducción.
-Sakurai, ella es Anika y es la encargada de todo lo relacionado con la fotografía del proyecto. Es la artista del escuadrón por lo que tiene una visión bastante particular que plasma a través de su lente, por lo que considero que la parte visual sobresaldrá sobre los demás proyecto porque está en excelentes manos
-No… es necesario que digas todas esas cosas Mitzuki…
Anika se siente un poco incómoda por las palabras de su amiga. Le costaba trabajo el entender cómo es que le tenía tanta fe y, sobretodo, le provocaba miedo al imaginar que podría defraudar a Mitzuki y a todo el escuadrón si algo no salía a la perfección.
-Algo me dice que tu amiga no miente, tienes todo el porte de una artista nata…
-Así e, Sho… u_ú… aquí tengo evidencia del trabajo de Anika
Mitzuki comienza a buscar algunas fotografías de las pruebas de vestuario en su portafolio de trabajo, mientras Sho se acerca a Anika extendiéndole la mano.
-Mucho gusto en conocerte, Anika
-Ah… el gusto es mío…
Anika corresponde al saludo de Sakurai mirándolo directamente a los ojos. Pero algo raro sucede al momento en que sus manos se tocan. Anika siente que los ojos de Sho la absorben como si se tratara de dos hoyos negros y la trasladaran a un sueño, a una visión…
En dicha visión ve a una joven corriendo bajo la lluvia… No va sola… En brazos lleva a un bebé de 2 años y con la otra mano libre lleva de la mano a un niño de 7 años…
Corren… cómo si algo o alguien los persiguieran. En los ojos de la joven hay dolor, hay desesperación… hay miedo de que a esas dos criaturas les suceda algo terrible… ¿Serán acaso sus hijos?…
Sangre… Si, ella está cubierta de sangre… Eso que ve en su piel son ¿Mordidas?…
La joven no deja de mirar a sus espaldas, como si presintiera que aquello que los persigue está a punto de atraparlos… No queda mucho tiempo.
Se detienen en un pequeño edificio… Le dice algo al niño de 7 años mientras le entrega el bebé, quien comienza a llorar al dejar de sentir el calor de la joven…
Lagrimas inundan el rostro de aquella joven, su largo cabello negro está hecho un desastre al igual que toda su ropa y cuerpo debido a la sangre, tierra… ahora que puede verla más cerca, la apariencia de la chica da a entender que estuvo prisionera en algún lugar y las heridas parecieran el resultado de torturas…
No quiere dejarlos ahí pero… debe hacerlo. Se despide de ellos con un beso, a ambos niños les entrega algo: al bebé se lo coloca en el cuello y al niño en la mano. Da un par de pasos hacia atrás y comienza de nuevo a correr. Inmediatamente después aparece algo similar a una neblina bastante espesa y negra, pero eso no es lo aterrador…. Son los gritos que la acompañan, gritos de amenaza, gritos de odio, gritos de dolor…
La niebla persigue a la joven… pero alguien emerge de dicha niebla… No es muy clara la figura pero… lentamente se acerca hacia donde están los dos pequeños…
El niño abraza protectoramente al bebé, quien no deja de llorar y aprieta con fuerza aquello que les dejó la joven… es un dije de color rojo… pareciera hecho de sangre pura… ¿Dónde había visto ese dije antes?
Aquel ser lleno de maldad se está acercando… el bebé no deja de llorar y mientras lo acerca más a su cuerpo, el niño mira desafiante a esa figura…
Esos pequeños ojos castaños… le son familiares… bastante… de hecho, el lugar donde están le es bastante familiar a Anika…
La figura se está acercando, le dice algo al pequeño quien le responde desafiante… esos ojos… ese rostro… no será… ¿Sakurai?… y ese lugar… ¿Su orfanato?…. La amenaza ya está sobre ellos pero una luz lo bastante fuerte hace retroceder a ese ser….
¿Qué es esto? ¿Por qué tiene esa visión? ¿Por qué un recuerdo de Sakurai está ligado al orfanato donde ella vivió por mucho tiempo?….
La voz del mismo Sho la hace regresar a la realidad. Al parecer había estado a punto de desvanecerse y este la había sostenido.
-¿Estás bien, Anika? Estas bastante pálida…
-Ah, si… Lo lamento, se me habrá bajado la presión…
Aunque para ella la visión había durado una eternidad, en realidad no había pasado más que un instante. Anika se reincorpora y mira a los ojos de Sho. Si, definitivamente aquel recuerdo fue de su pasado, no había duda de que ese niño era Sakurai: la misma intensidad en sus ojos, el mismo misterio que sólo te da el haber tenido un duro pasado.
-¿No necesitas ir a la enfermería?
-No es necesario, Sakurai. Gracias
En ese instante la campana que marca el final de clases suena y todos en el salón comienzan a abandonarlo. Nagase les avisa que deben seguir trabajando y que para la siguiente semana comenzarán a poner en marcha todos sus proyectos.
-Debo irme, fue un gusto Sakurai. Mitzuki, perdóname en verdad…
Y sin más, Anika sale corriendo del salón para darle alcance a su hermano. Necesita hablar con él y arreglar todo de una vez por todas. Debía cambiar su actitud si es que quiere que todos a su alrededor sigan en armonía. Ellos no tenían la culpa de todos sus problemas y por ende no tenían por qué soportarlos.
-Muy bien escuadrón del mal u_ú en esta ocasión se salvaron gracias al cerdo regordete de mejillas rosadas quien muy amablemente me ha heredado su PSP…
-ToT ehhhhhh????
- Y no me rezongues ¬¬…. Ahora, espero que todos sean capaces de trabajar en E-QUI-PO y dejen a un lado las diferencias personales que puedan tener…
Nagase mira fijamente tanto a Toma como a Ryo, esperando que sus palabras calen en los dos chicos. Finalmente suspira y los deja ir. Massu con un puchero por haber perdido su nuevo PSP, Toma y Ryo sin dirigirse la mirada abandonan el lugar lo más rápido posible, quedando únicamente Mitzuki, quien se acerca a Sho.
-Sakurai… ¿Podría pedirte un favor?
-Por supuesto ¿En qué puedo ayudarte?
Sho se acerca y acaricia lentamente el hombro de Mitzuki mientras la mira fijamente a los ojos.
-Bien ¿Podrías ayudarme a corregir un poco mi proyecto? tal vez con tus indicaciones podamos encaminarnos mejor y …
-¡Oe! ¬_- Ogawa… Ni siquiera sabes a qué se dedica Sakurai ¿Y le pides ayuda?…
Nagase se levanta y le jala levemente la oreja a la chica
-¡Nagase!… ¡Déjala en paz!
Sho le da tremendo golpe en el costado, provocando que Nagase se retuerza del dolor. Tras cerciorarse de que Mitzuki está bien. Toma un lapicero y comienza a notar su número en el antebrazo de la chica sin dejar de sonreírle.
-Permíteme compensarte por la estupidez de tu profesor… Este es mi teléfono, puedes llamarme y con gusto revisaré tu proyecto. Y tal vez, tomemos un café…
-Ah… claro… Por supuesto… Aquí tienes el mío…
Mitzuki saca una pequeña tarjeta delicadamente perfumada, con su número y dirección electrónica. Se la entrega a Sakurai con una enorme sonrisa en los labios.
-Gracias por todos… ha sido un placer, Sakurai… Hasta pronto….
Agarra sus cosas para salir del salón. Durante todo el trayecto camina más lento de lo normal y contoneándose cual modelo profesional. Al llegar a la puerta echa una última mirada al nuevo chico para desaparecer por el pasillo.
*****
Anika había corrido hasta la biblioteca en busca de su hermano pero al no encontrarlo, decidió irse a trabajar.
Camina pesadamente hacía las afueras del edificio de la biblioteca, pensando en cómo va a arreglar todo el embrollo en que ha metido a su hermano. No se da cuenta que, al llegar al estacionamiento, un chico recargado sobre el capacete de un Ferrari rojo la mira con detenimiento. Anika pasa por enfrente de él inmersa en sus pensamientos.
-Si no te fijas bien por donde caminas puedes golpearte…con aquel… árbol…
-¿Eh?… ¿Cuál…?… ¡Itte!
Anika voltea para buscar al dueño de aquella voz pero al hacerlo se golpea directamente con un enorme árbol cayendo en el piso.
-Te lo dije… ¿Estás bien?
-si, si… ¡¿Qué haces aquí?!
Al levantarse se da cuenta que el chico que le ayuda a levantarse es Jin. Sonriente y ataviado impecablemente comienza a sacudir la ropa de Anika.
-Pasaba por aquí…
-Si claro… Mira, lo siento, no tengo tiempo para platicar. Debo ir a buscar a mi hermano y hablar con él…
-Ya veo… ¿Te molesta si paso a tu casa más tarde? Yo también tengo… Algunas cosas que hacer…
De repente alguien llama la atención de Jin. A lo lejos ve a Nagase y Sho saliendo del edificio principal de la universidad. En sus ojos se refleja algo parecido al desprecio y a la amenaza, su cuerpo se tensa por unos instantes pero vuelve a su estado relajado para volver a centrar su atención en Anika.
-¿Qué dices? Sólo un café y…
-No lo sé, Jin… tal vez… En verdad, tengo que irme… Lo siento…
Anika comienza a correr de nuevo hacia la parada del autobús sin mirar siquiera a Jin, quien la ve alejarse con una sonrisa en los labios.
Cuando está a punto de subirse a su Ferrari rojo, un Toma agitado llega corriendo, al parecer había seguido a Anika pero no pudo darle alcance. Tratando de recuperar el aliento, se sujeta del árbol en el que se había estrellado su amiga.
-Acaba de tomar el autobús… No sé a dónde iba…
-¡Eh!…. ¡Ah! Eres tú… ¿Akanishi, cierto?
Ikuta se sobresalta al escuchar aquella rasposa voz, pero se acerca al ver a Jin sonreírle amistosamente. Ambos estrechan sus manos.
-Así es.
-¿Qué te trae por la universidad? ¿Venías a ver a Anika?
-No. Me la encontré por casualidad. Venía a entregarle unas cosas a su amiga, la diseñadora. Las medidas de Yamashita… Ya sabes, que lo quiere como su modelo…
Jin le entrega un papel con varios números anotados en él. Ikuta mira raramente dicho papel mientras lo agarra y lo guarda en su mochila.
-Yo me encargaré de entregárselo…
-Muchas gracias, Ikuta. Nos estamos viendo.
Jin se sube a su auto, lo pone en marcha y cuando comienza a moverse en reversa, un Bentley Continental GTC Speed convertible color Onyx que va a una velocidad mucho mayor a la permitida dentro del estacionamiento de la universidad, se atraviesa ocasionando que Jin frene de tratando de no ocasionar un accidente aunque alcanza a aboyar y rayar un poco la puerta del conductor. Este se quita los lentes, notablemente enojado.
Toma se lleva una mano a la cabeza al ver que Ryo está a punto de bajarse y presiente que la situación será peor de lo que se espera ya que no se ha dado cuenta que Jin es el chido que estuvo a punto de chocarlo. Pero para su sorpresa, Nishikido no es el primero en bajarse del Bentley sino su acompañante, Uchi, quien al ver que Jin se baja dando la espalda, sale disparado del auto y lo avienta
-¡¿Es que estás ciego, imbécil?! ¡¿Dónde coño aprendiste a conducir?!
Uchi está a punto de golpear a Jin, pero cuando éste se voltea para ver a su agresor, se queda totalmente congelado, el color se le va del rostro tal como si hubiera visto su peor pesadilla convertida en realidad. Akanishi no parece estar molesto por las agresiones de Hiroki, al contrario, parece que por su mente comenzara a maquinar una idea, bastante desquiciada al ver cómo sonríe y muestra esa perfecta dentadura.
-Ah… eres… tú…
Uchi comienza a dar pasos hacia atrás mientras Jin se va acercando a él. Ryo se baja del auto al ver actuar a su amigo de una manera bastante extraña.
-Veo que tú amigo es algo… Impulsivo. Debe tener cuidado, ya que, si no piensa bien sus actos… estos tendrán graves consecuencias. ¿No es así?
Jin no deja de mirar a Uchi, quien trata de controlar su cuerpo y no temblar. Ryo le da un zape a Uchi para hacerlo reaccionar mientras mira con enfado a Jin.
-¡Tenías que ser tú, Akanishi!… ¿Es que tengo que verte a donde quiera que vaya?
-Tal vez se deba a alguna penitencia que tienes que pagar por algo que hiciste en vidas pasadas…
Sonríe calmadamente mientras mira a Ryo. Este está a punto de responderle tomarlo por la camisa pero en ese momento varios profesores de la universidad pasan por el estacionamiento por lo que se detiene, no puede darse el lujo de obtener otra acta administrativa de mala conducta en su expediente, por lo que cierra fuertemente los puños. Toma se acerca a Akanishi y coloca una mano en uno de sus hombros
-Nishikido… No tiene caso que empieces… Ambos llamen a sus respectivos seguros y listo. Además, es sólo un rayón, ni que te hubiera destrozado el auto.
-No te metas, Ikuta…
-Él tiene razón. No tienes que hacer un alboroto por un simple rayón en la puerta de tu auto… Aquí tienes, llama a mi asistente y él se encargará de ponerse de acuerdo con tu agente de seguros… Tal vez puedas aprovechar para cambiar de auto… Los Bentley son autos para… abuelos ¿ne?
Jin le entrega una tarjeta a Uchi, sin dejar de mirarlo fijamente a los ojos. Algo en ellos lo pone demasiado nervioso ¿o sería, miedo aquello que siente? Uchi toma con manos temblorosas esa tarjeta, su rosto está demasiado pálido y tiene que sostenerse del auto de Ryo.
-¿Estás bien Uchi?… ¿Qué carajo te sucede?…
Ryo voltea a verlo, pareciera como si Uchi estuviera enfermo. Éste voltea a ver a su amigo y trata de disimular su evidente estado.
-E-estoy bien…
-No se, Nishikido… tu amigo no se ve para nada bien… pareciera como si… hubiera visto algo, no se, su pesadilla hecha realidad…
Jin vuelve a colocarse sus lentes de sol y regresa a su auto, haciendo un ademán con su mano izquierda para despedirse de ellos. Cuando cierra la puerta, Ryo se acerca a él colocando ambas manos sobre el marco de la misma.
-Sé que estás planeando algo, Akanishi. Todavía no lo sé con seguridad pero te juro que voy a desenmascararte cueste lo que cueste.
Una última mirada amenazadora y Ryo regresa a su auto. Lo pone en marcha ya con un Uchi bastante perturbado dentro de él. Un rechinar de llantas y el Bentley sale disparado hacía las calles principales de la ciudad.
-Lo lamento Akanishi. Ryo siempre ha sido bastante… Extraño y con un humor bastante especial. Está algo molesto porque tuvimos problemas con una clase.
Toma se acerca al auto de Jin mientras busca las llaves del suyo dentro de su mochila.
-Eres un buen chico, Ikuta. Mira que tratar de justificar las reacciones de un chico que a leguas se ve que no le eres de mucho agrado.
-Je… Lo sé… Soy un completo Baka ¿ne?… Cuídate Akanishi.
Toma da un par de palmadas en la puerta del auto de Jin y camina hacia su Classic Mustang 1966. Lanza su mochila a la parte trasera del auto y se sube un poco cansado. Akanishi tenía razón, Toma no pude creer que trate de justificar las acciones egoístas de Nishikido. Se alborota un poco el cabello debido a la frustración y enciende la poderosa máquina de su auto clásico para dirigirse a su casa, no tenía tiempo que perder pensando en tonterías. Si, el trabajo lo ayudaría a despejar su mente.
Al salir del estacionamiento, no se da cuenta que Jin sonríe mirándolo por el espejo retrovisor mientras se lleva su moderno teléfono celular al oído. Del otro lado de la línea no tardaron mucho en contestar.
-Te tengo una buena noticia, Yamashita… Hoy salimos de cacería…
*******
-Espera, Sho… ¿Me estás diciendo que tuviste una visión compartida con Anika?
-Así es… Fue demasiado raro…
Nagase y Sakurai caminan por las calles aledañas a la universidad. Sho le había contado a Tomoya el extraño suceso que tuvo al saludar a Anika.
-Al momento que nuestras manos se tocaron… Comencé a tener esa visión, ese sueño que me atormenta desde siempre…
-¿Aquel recuerdo de cuando eras pequeño?
Nagase le ofrece un cigarro el cual Sho acepta inmediatamente. En sus ojos se refleja la perplejidad y la confusión. ¿Cómo fue posible que Anika hiciera brotar ese recuerdo tan doloroso en un abrir y cerrar de ojos?
-Así es… y no entiendo por qué. Ella no está relacionada con nadie de mi pasado…
-Creo que tal vez… inconscientemente, te recordó a…
Sho se para en seco y mira fijamente al cielo del crepúsculo pintado de púrpura y naranja.
-Ella está muerta… Yo la abandoné, Nagase. No cumplí la promesa que le hice a mi madre. No tiene nada que ver con mi hermana…
Su pequeña hermana, aquella que abandonó hace un poco más de 20 años. ¿O fue el destino fatal el que los separó? Eso ahora ya no importaba, de lo único que estaba seguro es que, después de tanto buscarla, la única conclusión a la que había llegado era que nunca más volvería a verla. Tal vez aquellos seres que los perseguían la habían encontrado antes que él y finalmente terminaron por matarla.
Una sombra del pasado aparece en los ojos cafés de Sakurai, anunciando un pequeño colapso en la salud mental de aquel joven ecuánime y centrado. Nagase se acerca a él y le da un par de palmadas en los hombros.
-Vamos a encontrar a tu hermana, Sho… Algo me dice que está cerca y que pronto aparecerá de nuevo.
-Pero fue hace tanto tiempo…
-¡Es tu hermana, Sakurai!… Comparten la misma sangre, los mismos genes… ¿O es que acaso me estás diciendo que eres un debilucho cualquiera?
Sho sonríe. Definitivamente agradecía el tener a Nagase a su lado. Claro, es un eterno adolescente en el cuerpo de un hombre maduro, pero en ocasiones ese lado le reconforta en los momentos más obscuros de su vida.
-Gracias Nagase…
-Anda pequeñin… te invitaré unas bebidas y unas nenas u_ú… Si, eso es lo que necesitas, yo se que lo deseas ¬___¬ mujeres desnudas bailándote en las piernas
-¡Estás loco Nagase! ¡No quiero que ninguna mujer me baile en las piernas!
-Ah… Entiendo… Entonces ¿Quieres que yo te baile? *O*
Sho alcanza a darle un golpe en el estómago y comienza a caminar de nuevo. Demasiado bueno para ser verdad. Ahí va de nuevo ese lado carente de sentido de Nagase.
-¡Itte!… Ok, Ok… Nada de bailes eróticos en público…. ¬____¬ pero espera que lleguemos a la casa
Dice Nagase para si. Le da alcance dándole un apretón en el trasero y sale corriendo hacía la zona de bares de la ciudad. Sakurai grita un par de maldiciones mientras trata de darle alcance. Si, definitivamente la noche pinta para ser larga.
*******
Dos elegantes figuras caminan por las atiborradas calles de Ginza. A primera vista pareciera que caminan sin rumbo fijo, pero esos dos chicos van siguiendo a un objetivo. Un chico de cabello obscuro ataviado con una gabardina negra y un llamativo dije color rojo. Éste no se percata de que lo siguen, presta demasiada atención a las nuevas aplicaciones de su Iphone que no supo cuando, en una calle menos transitada, un golpe en seco lo hace terminar en un obscuro y sucio callejón.
-¡Argh!… Pero… ¿Qué coño?
Se levanta con un poco de dificultad debido al golpe, que lo hizo estrellarse contra un contenedor de basura de uno de los finos restaurantes de la zona. Al tratar de identificar a sus atacantes se lleva una terrible sorpresa. La escaza luz proveniente de los autos que pasan, de los restaurantes y letreros neón, iluminan el rostro de aquellos dos chicos.
-¿Qué sucede, Uchi?… De repente perdiste toda esa valentía que mostraste en el estacionamiento…
-A-Akanishi…
Uchi trata de buscar algo en su gabardina, pero el acompañante de Jin aparece detrás de él, sujetándolo de los brazos.
-Cuando dijiste que iríamos de cacería no pensé que jugaríamos con una insignificante sanguijuela
-Está no es una insignificante sanguijuela, Yamashita. Es una que nos viene a perseguir desde Osaka… Y que no conoce su lugar en este mundo. ¿Crees que deberíamos recordárselo?
Una sonrisa bastante macabra aparece en los labios de Jin acompañada de una sonora carcajada de Yamashita, la cual se vio oculta por el ruido natural de la ciudad. El terror es evidente en los ojos de Uchi. Ya le habían advertido que no debía enfrentarse solo a este par y mucho menos provocarlos. Pero ¿Cuáles eran las probabilidades de encontrarse a Akanishi en la universidad?
-Me parece perfecto, Jin. Creo que esto servirá de lección para quienes traten de seguir tus estúpidos pasos…
Sujeta fuertemente a Uchi por el cabello y lo hace ladear la cabeza para poder decirle estas palabras al oído. Jin se quita la chamarra de piel que lleva puesta y se arremanga un poco la camisa de un blanco impecable. Cual felino que se acerca a su presa, comienza a caminar hacia Uchi.
-Debes sentirte orgulloso, Uchi… Servirás como mensajero para tus queridos camaradas…
Yamashita aprieta más los brazos de Uchi haciendo que este emita un gemido de dolor. Rápidamente lo despoja de la gabardina y lo estrella contra una de las paredes del callejón para ponerse al lado de Akanishi.
-¿Por dónde deberíamos empezar primero? Yo digo que rompiéndole algunos huevos…
-Eso te lo dejaré a ti… yo haré esto…
En un abrir y cerrar de ojos, Uchi recibe un tremendo golpe en el rostro que le hace voltear el rosto. La sangre que brota de la nariz rota del chico, alcanza a manchar la impecable camisa de Jin, pero a este no parece importarle. En sus ojos aparece un brillo parecido al placer, a la euforia, a la diversión sádica al ver el dolor y sufrimiento de otras personas.
-Me parece que hace falta otra cosa, Akanishi…
-¿si?… ¿Crees que deberíamos…?
-Por supuesto. Tal parece que esta sanguijuela disfrutará de su lección… De hecho, lo está pidiendo a gritos….jajaja…
Los dos chicos sonríen al planear lo que seguiría a continuación. Uchi trata de escapar pero el dolor es insoportable. Además, ya los tenía encima de él. Y es esa imagen la última que recuerda antes de perder completamente el conocimiento.
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El hablar con su hermano había resultado peor de lo que esperaba. Tan pronto había llegado a su casa, Anika se encontró con un Tegoshi bastante molesto y, por ende, comenzaron a discutir. Por más que Anika trataba de explicarle y pedirle una disculpa, su hermano parecía cada vez más y más enojado con la sola presencia de la chica.
Tras gritos, reclamos, maldiciones y azotes de puertas. Anika había salido de la casa rumbo a su trabajo. Gracias a dios es lunes, piensa Anika, por lo que sólo se encargaría de hacer inventario y una lista de lo que pedirían a los proveedores para mañana. Necesitaba tiempo para encontrar alguna solución, algo para hacerle ver a su hermano que no había sido su intensión el lastimarlo de aquella manera.
Al llegar al bar, prende sólo las luces necesarias para poder realizar su trabajo de inventario y pedidos, el cual realiza minuciosamente y checando doblemente lo anotado. Sabe perfectamente que en ese estado podría cometer algún error por pensar en sus problemas y quería evitarse algún regaño por parte de Aibu.
Tras verificar que el bar esté bien cerrado y las luces apagadas, sube a la segunda planta del bar en donde está ubicada la oficina de Aibu, un pequeño cuarto que sirve de archivero y una habitación que da a la parte trasera del bar y al pequeño estacionamiento del mismo. Es ahí a donde se dirige Anika. Ese era el pequeño refugio que le había facilitado Aibu, el cual comenzó a utilizar durante las peleas con sus padres, con Tegoshi y con Ryo. La habitación no era enorme pero si era lo suficientemente espaciosa para tener una cama individual, un pequeño baño, un ropero y una mesa con varios tubos de pintura en diferentes colores, lienzos de todos tamaños y un caballete.
Cansada, se sienta en la cama y lanza su mochila al piso. ¿Cómo fue que todo terminó de esa manera? ¿Cuándo fue que había perdido el control de su vida, a tal grado de lastimar a todo el mundo?
Se acuesta por un momento sobre la cama y trata de fijar su vista en algo que la haga encontrar una respuesta. En las paredes hay fotos, posters, algunas postales y anotaciones. Pero es el ventanal, al estilo del que aparece en la habitación de Sweeney Todd, el que llama su atención. La luna está cubierta parcialmente por un par de nubes que le dan ese toque misterioso.
Finalmente decide levantarse. Para poder encontrar una solución primero debía despojarse de todo este sentimiento asfixiante y sólo había una manera de hacerlo. Se dirige a la mesa de las pinturas y comienza prepararlas. Después toma un lienzo de considerable tamaño y lo coloca en el caballete para inmediatamente comenzar a dar unos trazos sobre el…
Si, plasmar sus temores, sus preocupaciones…. Sus demonios…. Para poder deshacerse de ellos. Debía hacerlo si es que quiere solucionar todo lo antes posible.
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-Ay, Ay, Ay… Y yo que te deseo a morir, que importa esta es la última vez…tutututururu… Pipipipipiiiiiii…
Nagase va caminando en zigzag por las calles cercanas a su departamento, seguido por un Sho bastante cansado de ir cuidando que su amigo no choque contra un poste telefónico o vomite sobre un auto estacionado en la calle.
-Uh… Baila conmigo, Sho-sho-chan @_@ Wooohoooooo….
-¡Te dije que no bebieras tanto, Nagase!
Sho prende un cigarro mientras se voltea totalmente apenado al ver que Nagase se acomoda entre dos autos para “descargar” la enorme cantidad de alcohol consumida.
-Eso es bastante asqueroso… ¿Sabías?
-Fufufufu…
Cuando Nagase termina y después de sacudir un poco su pierna derecha, comienzan a caminar de nuevo. No faltaba mucho para llegar al departamento de Nagase, gracias a los dioses. Sho lo dejaría ahí, sano y salvo, para después dirigirse a su propio departamento y descansar tranquilamente.
A sólo un par de edificios para llegar al de Nagase, algo bastante extraño llama la atención de Sho. Las luces del alumbrado público están completamente apagadas, no hay ninguna persona transitando por el lugar, mucho menos algún automóvil. El sensor de Alerta en Sho de activa de inmediato, esto no es nada normal para ser inicio de semana.
-Nagase… Detente…
La voz de Sho es casi un susurro pero lo suficientemente ronca como para que Nagase alcance a escucharla
-¿Eh? @w@
-El ambiente está apestado de su esencia… Debemos andar con cuidado, es posible que hayan estado aquí… O todavía sigan observándonos…
Sho adopta una pose defensiva mientras examina detalladamente todo a su alrededor: los techos de casas y edificios, autos, rincones obscuros. Nada, no hay nada. Pero ese maldito olor, no deben estar lejos.
-Calma, Sho-chan… A lo mejor oliste a algún animal muerto en alguna alcantarilla… neeeeee…….. ¡wuaaa! ……….. ¡”·$$%&/$·/()(%$…. ¿Qué es esto?
Al tratar de entrar al lobby de su edificio, Nagase tropieza con un gran bulto a los pies de la puerta. Debido a la obscuridad y, claro, la borrosa visión de Nagase debido al alcohol, no puede distinguir qué es lo que se encuentra en el piso. Al principio piensa que es algún paquete, alguna caja, o una alfombra que alguien había olvidado. Pero conforme toca aquel bulto y Sho se acerca para ayudar a Nagase, ambos se sorprenden al ver que no es un objeto, sino una persona que ellos conocen bastante bien.
-¡WHAT THE HELL! ¿Qué… Qué te sucedió Uchi?
Por el susto, parece que a Nagase se le baja rápidamente la borrachera y comienza a sacar el cuerpo de Uchi, el cual está envuelto en una bolsa negra de plástico y sólo su rostro está visible. Si a eso se le podía llamar visible ya que está lleno de golpes y cubierto de sangre. Al retirar el plástico negro, el cuerpo de Uchi no es la excepción: su cuerpo está lleno de heridas parecidas a mordidas, algunas superficiales, otras bastante profundas. Su cuerpo está bastante frío debido a la lenta pérdida de sangre.
-¡¿Quién te hizo esto, Uchi?!
Sho lo levanta lentamente para recostarlo sobre la pared.
-Fueron… Ellos…. Sa-saben que estamos detrás de… detrás de ellos…
Uchi comienza a toser sangre, necesitaba atención médica inmediata. Pero no podían llevarlo a cualquier hospital, harían demasiadas preguntas y ellos se convertirían en sospechosos.
-Nagase debemos…
-Entendido. Conozco un lugar no muy lejos de aquí…
Nagase toma en brazos a Uchi para llevárselo directamente al estacionamiento donde tiene su Camaro Chevi 1969 negro. Coloca al herido en la parte trasera y sin perder el tiempo, Sho y Nagase salen disparados. El tiempo apremia y parece ser que a Uchi ya no le queda mucho.
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El haberse puesto a pintar le había ayudado a relajarse a Anika y ahora admira el cuadro. Viéndolo bien, la chica que está plasmada en el cuadro le recuerda mucho a aquella mujer que había visto en la visión de Sakurai. Largo cabello negro, tez clara, pero son sus ojos los que más llaman la atención. De un dorado que te hipnotiza.
-Creo que tomaré un baño… Espero que haya agua caliente…
Anika se masajea los hombros mientras se dirige al baño, pero un ruido proveniente de las escaleras la hace colocarse aun lado de la puerta. Ahí esperaría al intruso y lo golpearía para poder salir del lugar. Nunca nadie se había metido al establecimiento en cuando ella estaba. No, su mala suerte no podía hacerle una mala jugada que afectara a su amiga Aibu.
Las pisadas se oyen cada vez más cerca y aparece un chico, quien es recibido con una lata de pintura que esquiva y termina estrellándose en la pared. Cuando Anika está a punto de golpearlo con una patada directo al estómago, se detiene al ver a su misterioso visitante.
-¡Akanishi!… ¿Qué carajo estás haciendo aquí? ¡Me has pegado un enorme susto!
-Susto el que me llevé al ver que había alguien en el negocio. No sabía que trabajaban en lunes. Creo que necesitas un trapeador para limpiar la pintura en el piso…
Jin mira divertido a Anika, quien lo sigue observando con bastante intriga.
-Olvídate del piso… ¿Cómo entraste?
-Olvidas que soy el hermano de la Dueña. Tengo mi propia llave. Soy yo el que debería preguntarte ¿Qué estás haciendo a estas horas aquí? Pasé por tu casa pero parecía estar desierta y…
-Ah… tuve una pelea con mi hermano… y… decidí darle su espacio…
Anika comienza a limpiar el piso un poco sonrojada. ¿Cómo es posible que con su sola presencia, Jin haga que ella se abra y platique de lo que sucede en su vida?
-Ah. Lamento escuchar eso… ¿Necesitas ayudas?
-No. No, estoy bien.
-Se supone que también es tu casa. No entiendo por qué tuviste que salirte de ella.
-Es una larga historia Jin. La casa le pertenece más a Tegoshi que a mí y… Bueno, tu hermana me prestó este rinconcito para mis exilios.
Sonríe un poco a la fuerza, mientras termina de limpiar el piso. Cuando por fin levanta la mirada y ve la camisa manchada de sangre de Jin, se acerca un poco preocupada.
-¡Dios!… ¿Te lastimé? ¿Estás sangrando?
-Ah… Esto. No tienes por qué preocuparte. Yamashita y yo nos encontramos en la calle a un chico totalmente golpeado y al ayudarlo, me imagino que su sangre manchó mi camisa.
Una fugaz sonrisa sádica se dibuja en sus labios, la cual desaparece inmediatamente cuando se acerca un poco más a Anika.
-Algo pasa contigo, Anika. Lo puedo ver en tus ojos. Están tristes…
-Jin…
Anika desvía la mirada hacía el ventanal, tratando de no caer en ese encanto galante de Akanishi. Algo en su interior tiene la necesidad de hablar sobre lo que le entristece, sobre aquello que le hace ser, a su parecer, una terrible persona. Pero ¿por qué Jin? Seguramente terminaría huyendo de ella. ¿No es lo que todo el mundo hace?
-Algo me dice que estos ojos brillaron alguna vez… ¿Qué te ha pasado, Anika? ¿Qué ha sido de tu vida?
Jin sujeta delicadamente la barbilla de Anika, para obligarla a mirarlo directamente a los ojos, acción que hizo sonrojar a la chica. Esos ojos, esa voz, ese perfume, la embriagaban totalmente, la hacían derrumbar todas sus barreras.
-Mi vida… Ha sido demasiado rara, bizarra… Y llena de episodios dolorosos…. No creo que quieras escucharla, no en una sola noche…
Anika trata de mantener un tono de voz indiferente para restarle importancia a la petición de Akanishi de contar su vida. Era la primera vez que un desconocido mostraba tanto interés sobre su pasado. Si, definitivamente era increíble. Jin acomoda un poco el corto cabello de Anika mientras con una enorme sonrisa le dice
-Por eso no te preocupes, pequeña. La noche es nuestra.